viernes, 21 de septiembre de 2012

Esquizofrenia en el PRD Por Rubén Cortés


Pasará mucho tiempo (si llega a suceder) para que el PRD pierda el acatamiento hacia AMLO. Así que, para no pisarle la cola al tigre, está apelando a una perogrullada de la democracia para justificar ante AMLO sus vínculos con Enrique Peña como próximo Presidente de la República.

Así que descubrió el hilo negro para acreditar su decisión de partido que participa en el sistema de partidos: mantendrá con el mandatario “una relación institucional”. Lo risible es que lo afirma como si la democracia no se basara, exclusivamente, en las instituciones.

¿O es que el PRD piensa que podrá mantener con Peña otro tipo de relación? ¿De amistad? Imposible, porque ya el Presidente electo advirtió que “un Presidente no tiene amigos”. ¿De componendas? Tampoco, porque ya Peña anunció que creará una comisión anticorrupción.

Sin embargo, los perredistas siguen enredados: no dejan de ser las viudas de AMLO, a pesar de que su verdadero jefe, Jesús Ortega, haya afirmado que, tras la salida de éste, en el PRD se terminó con “la esquizofrenia política, dos visiones, dos comportamientos, dos posiciones diferentes”.

Por ejemplo, el escudero de Ortega, pero líder nominal, Jesús Zambrano, asegura que el partido “sí tendrá una relación con Enrique Peña, aunque será a través de los canales institucionales como el Congreso de la Unión, como partido institucional que somos”.

Y el secretario general y alfil de AMLO, Alejandro Sánchez Camacho, precisó que la relación institucional con el próximo Presidente “no significa que le demos legitimidad o reconocimiento; se trata de legalidad institucional, mas no reconocimiento político ni legitimidad”.

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