lunes, 19 de noviembre de 2012

EPN RESTAURA AL PRI Por Rodrigo Huerta Pegueros*


Rodrigo Huerta Pegueros

Estamos a diez días para que Enrique Peña Nieto asuma ante el Congreso de la Unión la responsabilidad como Presidente de los Estados Unidos Mexicanos para el periodo 2012-2018. Como nunca antes se había visto, el nuevo titular del ejecutivo federal recibirá una administración con información anticipada y con una nueva legislación en materia laboral y una discusión en ciernes sobre la reforma a la administración pública federal en donde se restaura a la Secretaría de Gobernación como la dependencia responsable de atender la política interna y la seguridad pública del Estado mexicano. A la vez que se pondrá en funciones una nueva dependencia que tiene que ver con el combate a la corrupción para lo cual se suprimirán dependencias que a lo largo de su puesta en marcha no han logrado dar los resultados para lo cual fueron creadas.

La asunción de Peña Nieto seguramente no estará exenta de complicaciones políticas y sociales, pues los grupos contrarios a su triunfo electoral seguramente harán hasta lo imposible para que rinda la protesta de ley, aunque esto esté lejos de las aspiraciones no solo de los priistas o verdes ecologistas, sino también de los representantes parlamentarios del perredismo o de los propios panistas, quienes han externado su posición ante un cambio de poderes sin alharacas, lo cual simple y llanamente no ocurrirá pues los representantes del Movimiento Ciudadano han ofrecido todo lo contrario en voz de Ricardo Monreal Ávila y con el condimento de que el legislador perredista Martí Batres Guadarrama ha hecho pública su renuncia a la fracción perredista para unirse al Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) que dirige Andrés Manuel López Obrador.

Las negociaciones políticas que a este respecto se llevan a cabo entre legisladores del PRI y representantes personales del equipo de transición de EPN no vislumbran ningún cambio de escenario y por lo tanto el fracaso de estas darán una idea a la opinión pública nacional de que los desencuentros políticos no serán pocos y menos cuando MORENA se convierta en partido político y les haga las contras a los ex aliados que hoy parecen moverse en sentido contrario a la aspiración democrática de los mexicanos. 

Sin embargo, EPN adelantándose a este escenario nada halagüeño ha dispuesto acelerar los cambios que requiere para gobernar al país en forma diferente a como el presidente Felipe Calderón Hinojosa lo hizo durante los últimos seis años, lo que tiene que ver con el combate a las drogas, las extorsiones, los secuestros y los asesinatos dolosos, aunque existen dudas respecto a los porqués desaparecer la Secretaría de Seguridad Pública federal y convertirla en subsecretaría bajo el mando del titular de la SEGOB. Algunos dirigentes de las oposiciones han recordado la praxis del viejo PRI de utilizar la seguridad pública de manera sesgada y convertirla en un ente de represión y o de servicio a la comunidad y promover desde ahí el espionaje político. Dice un refrán popular que ‘’la mula no era arisca sino que…’’
Enrique Peña Nieto
Aún y cuando hay diversos momentos que nos parecían difícil de remontar, México ha logrado salir adelante, como por ejemplo el acto triste y nada memorable de la toma de posesión del actual presidente Calderón cuando los partidos de oposición trataron de impedir la entrada del presidente electo o los meses siguientes cuando AMLO decidió convertirse en presidente legítimo y bloquear la principal arteria de comunicación de la ciudad de México, la cual, dicho de paso, le costó su triunfo en este falleciente 2012.

Lo que está claro es que con los últimos movimientos de EPN y su forma de dirigir a sus representantes ante el Congreso de la Unión, nos dice mucho de la restauración del PRI como lo fue en los tiempos próximos pasados y que si bien es cierto que ahora se encontrará con candados imposibles de superar para la rendición de cuentas, transparencia, defensa de los derechos humanos, participación ciudadana en toma de decisiones gubernamentales, logrará hacer modificaciones a la lucha contra los grupos antisociales y tendrá que acelerar la praxis de negociación frente a la siempre tentadora praxis de la represión política.

EPN logrará tener a su lado a la ciudadanía mexicana siempre y cuando ejerza sin miramientos y sin temor alguno el castigo a quienes sean culpables de alguna comisión de delito, sobre todo cuando se hable de corrupción y que hayan afectado el erario público en detrimento del bienestar de los ciudadanos a los cuales estaban destinados los recursos que los gobernantes se adjudicaron sin más límites que su ambición personal.

EPN tendrá que gobernar con el ejemplo y para ello tendrá que hacer público su compromiso de ser un presidente que atienda las demandas de los ciudadanos, de todos y cada uno de los mexicanos, sean religiosos o no, sean de un partido o ideología alguna o sean abiertamente agnósticos. Deberá hacer votos para convertirse en un presidente de los mexicanos sin ataduras a un partido político que fue echado fuera de la administración pública federal en el año 2000 por haber incurrido en los mas cruentos y crueles abusos de poder que nadie puede olvidar y que para quienes no lo vivieron podrán documentarse para no ser víctimas nuevas del llamado nuevo PRI.

Diez días nos distancian entre el México hoy gobernado por el presidente Calderón al que iniciará el primero de Diciembre Peña Nieto. Recordemos lo ofrecido, lo prometido y lo rubricado para que exijamos su fiel y puntual cumplimiento y dar la batalla para que los temas excluidos y que son una demanda social y política, puedan ser retomados en esta administración, la cual como eje central de su oferta fue el convertirnos en un país eficiente, eficaz, competitivo, innovador, transparente, seguro y de justicia social y jurídica. 

EPN tiene sobre sus hombros el papel de quien podrá o no restaurar frente a los mexicanos a un PRI diferente al que tenemos memoria histórica y reciente. Si lo logra, podrán tener una larga vida en el poder ejecutivo federal pero de no hacerlo así volverán a sucumbir ante una ciudadanía más atenta, participativa y demandante y que sabe ahora que el voto popular puede hacer la diferencia.

Periodista/Analista Político*
 

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