martes, 25 de junio de 2013

Maricela Ruiz, ambición por el Papagayo. Despotismo y altanería. Por Jeremías Marquines

Como si rebosara calidad moral, Marisela del Carmen Ruiz Massieu, delegada de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) en Guerrero, ha desatado una campaña de hostigamiento contra el director del Parque Papagayo, Arquímides Guzmán, al que acusa de tener en ese zoológico animales sin registro, sin embargo, el fondo del asunto no es tanto el interés de la delegada por los animalitos, como sí lo es, la ambición de apropiarse políticamente de ese pulmón verde acapulqueño.
Maricela Ruiz, hermana del ex gobernador asesinado José Francisco Ruiz Massieu, recibió el nombramiento de delegada de Profepa en el contexto del reciclaje de los viejos cuadros príistas que realiza Enrique Peña Nieto, pero más que nombramiento, su designación representa una patente de corso por sus lazos familiares que llegan hasta Carlos Salinas de Gortari.
Sin conocimiento en la materia del medio ambiente, su nombramiento es absolutamente político y así lo intenta ejercer, con despotismo y altanería. En lugar de enfilar sus baterías a asuntos más graves como la pérdida de las cuencas y los ríos que, de acuerdo a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de Guerrero (Semaren), más del 90 por ciento de estos ríos presenta niveles altos de contaminación por incumplimiento de las normas ambientales por parte de empresas mineras, fábricas y talleres que allí descargan sus residuos, o de ocuparse de la supervisión a fondo de la explotación de materiales pétreos ubicados en cauces de ríos y arroyos, por lo contrario, le resulta más rentable direccionar su interés al Parque Papagayo, un lugar que le trae perturbadores recuerdos de cuando su hermano, el ex gobernador ultimado, intentó privatizarlo.
En concreto, Maricela Ruiz nunca, ni como diputada local, ni como priísta ha mostrado interés por el bienestar del Parque Papagayo, ni por nadie que no sea de su familia, sin embargo, ahora como delegada de la Profepa, donde no encuentra nada mejor qué hacer, sale con el cuento de que le interesa la suerte de los animalitos de ese zoológico, cuando ni siquiera sabía que el fallecido león del parque, se llamaba Guacho.
Al asunto. La Profepa de Maricela Ruiz emitió un mañoso boletín de prensa donde informaba de una acción rutinaria de inspección al zoológico del Parque Papagayo. Allí mismo mencionaba que el parque sería clausurado, sin siquiera haber concluido el procedimiento administrativo. El boletín de marras indicaba dolosamente que no se “acreditó la legal procedencia de 17 especies: 1 coyote, 1 macaco, 2 mapaches, 1 cotorra cabeza amarilla, 2 zorras gris, 2 avestruces, 1 guacamaya azul, 1 águila común, 1 cacatúa, 1 cotorra cabeza gris, 1 guacamaya verde macho, 4 machos de venado cola blanca adultos, 3 monos arañas machos, 1 macho de guacamaya verde, 174 tortugas de río, 1 jaguar macho y 1 león africano”.
Derivado de este boletín incompleto, los medios de comunicación de Guerrero que, aparte, no investigan la veracidad de la información que publican, titularon erróneamente que la Profepa clausuraba el Parque Papagayo. Primero, esa dependencia no podría clausurar el parque porque causaría grave daño al patrimonio intangible de los acapulqueños, segundo, lo más que podría hacer, es asegurar y confiscar los animales en mención como ya lo ha hecho otras veces, y hasta llegaría la cosa.
Lo cierto es que, desde hace cuando menos diez años, el Parque Papagayo no puede acreditar la legal procedencia de esas especies porque no fueron adquiridas por este zoológico. Son animales que han sido confiscados por la propia Profepa y puestos a resguardo en este parque, tal como lo acredita el acta de depósito administrativo, emitida por la Profepa, donde consigna que deja en resguardo los animales mencionados. Esta acta está contenida en el documento de inspección número: PFPA/19.3/2C.27.3/0030-12.
Lo que la Profepa Guerrero ha venido haciendo con los animales del Parque Papagayo es un retorcido juego de autoconfiscación y desconficación. Resulta, como ya se dijo antes, que los animales sin registro no son del Papagayo porque la Profepa los ha entregado a ese parque para su custodia sin registro alguno, hay actas que lo prueban. Luego entonces, cada año, o cada que se acuerdan, la misma Profepa realiza una inspección a ese parque. Al terminar la revisión, levantan un acta donde dicen que en el parque hay una serie de animales sin registro y piden que los acredite. La acreditación no ocurre, pues no pertenecen a este zoológico, entonces la Profepa dice: “tomando en cuenta la medida de seguridad decretada al momento de la inspección se ordena el aseguramiento precautorio”. Así se hace, pero los animales no abandonan nunca el parque porque la Profepa no quiere hacerse cargo de ellos, ni alimentarlos. Entonces, inmediatamente emite otro documento que dice: “Se deja sin efecto el aseguramiento de los ejemplares consistentes en…”, y enlista las especies en cuestión. Esto es lo que ha ocurrido desde hace varios años y así se consigna en la resolución número 479/12 de la Profepa firmada por Joel Ángel Tacuba, anterior delegado de esa dependencia federal, con relación a un aseguramiento precautorio anterior, efectuado el 10 de agosto de 2011.
O sea, que el aseguramiento precautorio al que hace mención el boletín de Maricela Ruiz, que algunos medios de comunicación tololos interpretaron como clausura, no es más que un trámite regular, rutinario, pues la Profepa no quiere hacerse cargo de los animales que confisca.
Así pues, lo que está haciendo Maricela Ruiz, hermana del que alguna vez quiso privatizar el Papagayo, es una campaña dolosa para afectar la imagen del parque y presionar al gobernador Ángel Aguirre para cesar a Arquímides Guzmán, quizá el mejor director que haya tenido ese pulmón verde en muchos años.
Nadie reniega que Arquímides Guzmán, en su intención por regular las actividades de este parque se haya hecho de enemistades que constantemente conspiran anhelando su destitución. Por un lado, está Elena Khan, una anciana que regentea una organización llamada Guerrero Verdes.Durante años han chantajeado a los directores en busca de beneficios particulares, el encargado anterior le construyó una cabaña en el parque y ocupan indebidamente una porción del terreno. Otros, son el diputado local Alejandro Carabias, un oportunista sin convicción ecológica que lo mismo ha saltado del PAN al PRI y Verde Ecologista, tiene como suplemente al hijo del director administrativo del parque Papagayo, quien a la vez, es cuñado del Delfino Aguirre, hermano mayor del gobernador.
En resumen, hay pues, muchos depredadores esperando en las sombras para hacerse cargo del Parque Papagayo, un espacio que en los últimos dos años ha recibido un mantenimiento sin precedente, mejorando sus instalaciones y los hábitats de los animales como también lo reconoce la Profepa en otra más de sus actas administrativas. Entonces, si no hay tal problema con las especies que habitan el zoológico del Papagayo, ¿qué pretende la delgada en Guerrero de la Profepa?

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