jueves, 18 de julio de 2013

LOS PRIMEROS "BALBUCEOS" DEL CASTELLANO.

Varios siglos antes de que se escribieran las Glosas Emilianenses, en el centro de la península ibérica ya se hablaba una lengua romance que daría paso al castellano. Y esto lo sabemos por cientos de pizarras escritas en Hispania en época visigoda, con caracteres y grafías de los siglos VI y VII, que pueden ser considerados como los primeros "balbuceos" del castellano.


Pizarra visigoda nº 40 de principios del s. VI d.C. Museo provincial de Ávila.

En estas pizarras -procedentes en su mayoría de Diego Álvaro, un pequeño pueblo de la provincia de Ávila- se pueden leer documentos jurídicos, acuerdos, compraventas, declaraciones en juicio, relaciones de pagos de censos, listas de nombres de campesinos, textos religiosos y litúrgicos e incluso maldiciones, conjuros o una carta personal, auténtica muestra de la lengua hablada. Una importante documentación latina antecedente de los pergaminos del siglo VIII.



Gracias a un estudio elaborado durante mas de veinte años, por la profesora de la Universidad Complutense Isabel Velázquez, cuyo resultado aparece plasmado en su magnifico libro Las pizarras visigóticas: Edición crítica y estudio. Así se ha podido elaborar un índice "de palabras romances", que ha permitido comprobar que "aunque están escritas en latín vulgar, aparecen veinte veces más palabras romances que en todas las glosas juntas".

Y es que en esa época ya se 'enviaban' mediante pizarras los primeros «aemilius», se cuadraban los guardianes del «centeno», se escribía del paraíso y del «infernus» y de su «martirium».

Algunas de las palabras que se escribían en la lengua de aquella Hispania: Aemilius milio; Emili; Emilius; Alienus-a-um alienas; Alleluia al(le)l(ui)a; Antonius; Benedictio benedictione; Caballus caballos; caballu; kaballos; Camisia camisias; Cedo ceder(unt); cesserint; Demando domando; Deus Dei; Deo; Deum; Ego/me/mei mecu; ; mihi; Femina feminas; Fraga fragis; Gallina galina; Hora ora; Infernus m; Kabemus habeo; Linum lino; Locus loco; Michael Micael; Porcus porcum; Vasco ; Victorius Bitorius; Xritoforus, Xptum,.. Christoforus, Christus...)

Y es que las pizarras visigodas de Ávila son las huellas más primitivas del castellano. Como decía Dámaso Alonso, director de la Real Academia Española entre 1968 y 1982, en estos textos se encuentran "los primeros vagidos del castellano", los primeros gemidos o llantos de un recién nacido.

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