Gobernar
el estado de Guerrero, nunca ha sido una tarea sencilla, por el contrario, es un asunto complejo por
todos los intereses económicos, políticos, sociales y ahora, del crimen
organizado que se fue infiltrando hasta llegar al control de muchas áreas de gobierno, especialmente en
los municipios.
Se
puede tener buena voluntad para gobernar, es más se puede llegar con las
mejores intenciones y el mejor proyecto de avanzada, sin embargo, al conocer la
realidad que rodea al gobernante en turno, las cosas cambian y se van adaptando
a lo que hay.
Para
nadie es un secreto que, desde siempre, el crimen organizado ha campeado en
áreas de gobierno como Gobernación y Seguridad Pública, posiciones que muchos
alcaldes les otorgaban, Acapulco es un claro ejemplo de ello, en
administraciones pasadas, los representantes del crimen organizado eran
visitantes frecuentes en el honorable ayuntamiento porteño.
Los
empleados eran testigos mudos de la situación que se registraban en este honorable recinto , mal llamada la
“Casa del Pueblo”, los que mandaban “ realmente” solo daban órdenes al primer
edil, a cambio del dinero que aportaron
en sus respectivas campañas políticas que les permitió llegar al poder
municipal en Acapulco.
En la
hemeroteca municipal de puerto, existe un enorme acervo periodístico de las
últimas administraciones municipales, en donde se narran algunas de esas
situaciones, por ejemplo, en ese tiempo se publicó que en la administración del
hombre de la zeta, grupos de elementos de la secretaria de seguridad pública
eran los responsables de recoger y transportar cargamentos de drogas que les
tiraban en la Laguna de Tres Palos. Y en ese tiempo, muchos guardaron silencio.
Pero
la administración del diputado Costales no fue para nada limpia, toda vez que
fue en este periodo de gobierno, cuando las cosas se empezaron a salir de
control en Acapulco y la sociedad se fue acostumbrando a ver por todos lados
personas decapitadas, luego de los hechos registrados en la Garita, en donde lo
que llovían fueron balas y muchas llamas. Fue la época en donde los malos se
apoderaron de muchas áreas del gobierno municipal.
Dos
millones de dólares fue lo que entregó la famosa muñeca al otro muñeco
perverso, dos millones de dólares, mismos que fueron ¿inyectados? A la campaña
electoral rumbo a la presidencia municipal de Acapulco, dos millones de dólares
que le abrió las puertas al crimen organizado en áreas como reglamentos y
espectáculos, tiempo en que proliferaron congales como exóticas, y justo cuando
en ese dependencia se atrevieron a clausurarla ante la falta de los permisos
correspondientes, el dueño del lugar al enterarse, cacheteó al muñequito ahí en
Alebrije, a grado tal que tuvo que intervenir el protector máximo del muñeco a
quien le debe la vida y que hoy es su jefe político máximo.
Otras
áreas que estaban en manos del crimen organizado fueron Ingresos, catastro, mercado, además de
gobernación, seguridad pública por mencionar. Los dos millones de dólares bien
valieron la pena.
Lo
que sabemos es que el siguiente presidente municipal encontró una
administración con claros oscuros, y le asesinaron de entrada a dos
funcionarios. Se desconoce si logró limpiar todas las áreas de gobierno, por
que en el paro de policías, hay una mano que le mece la cuna, sin duda alguna.
Basta
recordar las palabras del entonces
gobernador del estado, Ángel Aguirre Rivero cuando expresó, el crimen
organizado se encuentra inmerso en los cuerpos policíacos de Acapulco y
Chilpancingo. ¿Cuándo la federación le entrara con valor y verdad a estos
municipios?. ¿Qué espera el Procurador General de la República Jesús Murillo
Karam para actuar? ¿Cuándo Taxco?, lo cierto es que muchos alcaldes están
metidos hasta las uñas, ojalá que la verdad aparezca pronto, porque hay una
sociedad cansada de tanto descontrol en áreas de seguridad pública, en donde el
crimen organizado y el desorganizado también están haciendo de la suya y lo que
es peor, le están ganando la batalla al gobierno federal.
Un
asunto nada sencillo para el catedrático, Rogelio Ortega Martínez. Veremos que
pasa.
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