sábado, 25 de abril de 2015

TAL CUAL LA BESTIA Y LOS BARCOS: DOS MIGRACIONES Y LA MISMA TRAGEDIA Luis Carlos Rodríguez González

Lo ocurrido la semana pasada con el hundimiento de un barco proveniente de África en costas italianas que provocó al menos 700 muertes de migrantes es similar al drama que viven los centroamericanos en su cruce por México hacia Estados Unidos.
Aquí no hay barcos que se hunden, pero hay bandas de delincuentes que extorsionan, secuestran, trafican, venden, mutilan y asesinan a hondureños, salvadoreños y de otras nacionalidades que tienen como único “delito” tratar de cruzar por México para trabajar en Estados Unidos.
En Italia se propuso esta semana hundir los barcos que utilizan los traficantes de africanos para frenar el éxodo de personas que huyen de la pobreza extrema, de la violencia, de los grupos paramilitares, de salarios de 80 centavos de dólar al día que ganan en promedio los campesinos de ese continente.
En México el Plan Frontera Sur, promovido por Estados Unidos so pretexto de la crisis migratoria de niños, no hunde barcos, pero prohíbe el uso del tren conocido como “La Bestia” donde miles de migrantes se subían en Chiapas para cruzar México y llegar a la frontera con Estados Unidos. Ahora siguen migrando pero por lugares más peligrosos y más expuestos al crimen.
Los centroamericanos al igual que los africanos buscan emigrar para tener una mejor vida, trabajo, seguridad laboral, tranquilidad, que sus hijos no sean convertidos en sicarios o en paramilitares, que sus hijas no sean violadas.
Países como Honduras y El Salvador han sido azotados por huracanes que dejaron al país en pobreza, están azolados por bandas como Los Maras y otros grupos delictivos que enrolan a jóvenes y niños al crimen, sus gobiernos están más preocupados en los negocios que en resolver la crisis de desempleo, de violencia que los hace huir hacia Estados Unidos con la aduana infranqueable de México.
Son dos realidades con muchas similitudes. De acuerdo a la  ACNUR al menos 218 mil personas, incluyendo a migrantes y refugiados, cruzaron el Mediterráneo de manera irregular el año pasado y se estima que esta tendencia se mantendrá en 2015. Al menos 3 mil 500 personas de origen africano perdieron la vida intentando llegar a Europa por mar en 2014.
La hambruna de Somalia, que también afecta regiones de Kenia y Etiopía, ha generado este éxodo, no de ahora, desde hace décadas.  También se debe a la violencia provocada por las guerras en África, entre las cuales destacan el genocidio de Darfur, los diferentes conflictos de Nigeria, la guerra de Malí y las múltiples violencias del Congo, entre otras.
Asimismo las transnacionales y los gobiernos europeos que por años han explotado lo mismo yacimientos de diamantes, oro y otros minerales, así como las naciones de Oriente Medio como Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes y Kuwait, que han aprovechado las riquezas de  África al amparo de gobiernos corruptos.
El proceso de migración desde África Subsahariana hasta las costas mediterráneas puede tomar hasta 10 meses y costar miles de dólares. En este camino los traficantes de africanos, al igual que los “coyotes” centroamericanos-mexicanos y estadunidenses- utilizan parte de ese éxodo para la trata de personas y su enrolamiento en el crimen o la prostitución.
El rechazo a la migración es universal en momentos de crisis y aún sin ella. Los mexicanos tenemos a Arizona y la Border Patrol como símbolo de xenofobia; los centroamericanos tienen a todas las autoridades mexicanas, desde el Instituto Nacional de Migración, la Policía Federal o cualquier uniformado municipal; los africanos se encuentran en medio de una crisis financiera y de desempleo de Europa que ha avivado el rechazo en naciones como Italia y España a los migrantes.
Según la ONU el recuento de migrantes africanos muertos en 2015 en su intento por cruzar hacia Europa en barcos, barcazas y lanchas es de alrededor de 1,600.  El Movimiento Migrante Mesoamericano señala que son miles los centroamericanos desaparecidos en la última década en México.

Algunos cientos se han encontrado en fosas como las de San Fernando, Tamaulipas, donde fueron arrojados por los cárteles de la droga metidos al negocio del tráfico de personas. Dos migraciones, dos realidades y la misma tragedia. Tal Cual.   

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