domingo, 26 de julio de 2015

falcotitlan : FRACKING Hugo Falcón Páez

No todo lo que ilumina es luz, ni todo lo que se compra es oro.

México es parte de un gran plan, en el que la mayoría de los mexicanos no están invitados. La apertura mercantil es una “fiesta” para los extranjeros. Un patrón a observar son las minas sobreexplotadas por trasnacionales, en su mayoría por Canadá, Estados Unidos, Alemania, Japón, China, entre otros. Algunas legales y otras ilegales, donde las piedras preciosas y el oro, plata, platino, cobalto, cobre, bronce, ámbar, son sustraídas de manera criminal. El equivalente de lo que sucede en la República Democrática del Congo, donde los diamantes se convierten en baños de sangre. La República Mexicana, desde Baja California Sur, Durango, Chiapas, Estado de México, Zacatecas, Sonora, Guanajuato, Guerrero y decenas de entidades más, son el vitral de lo que muchos no han observado. Lo mismo pasa hoy en día con el fracking, el cual es la fractura hidráulica para extraer gas natural de pizarra, gas de esquistos o shale gas. Y representa un peligro inminente para el futuro inmediato del país.

Laceran a la nación de una manera cruda y es por demás que no entiendan que el superávit extranjero es nulo, ya que países foráneos tienen miles de proyectos productivos y sustentables en México. Para ello explico qué es el fracking. Es una técnica en la cual extraen el gas natural de yacimientos no convencionales, ese se encuentra acumulado en las fisuras, burbujas o poros muchas veces microscópicos de ciertas rocas sedimentarias estratificadas de grano fino o muy fino. Esta amalgama margosa o arcillosa, hace que la permeabilidad impida la migración de metano a grandes bolsas de hidrocarburos. Es ahí que se realizan pozos de áreas con una extensión aproximada de entre uno a tres kilómetros, con una profundidad de uno hasta cuatro kilómetros. En el cual inyectan a presión entre 10 mil y 30 mil metros cúbicos de agua para un solo pozo. Esta forma de  fracturamiento hidráulico, es conocida por utilizar hasta 180 millones de litros de agua para fracturar un pozo horizontal, ya que muchos tienen que ser fracturados varias veces en el transcurso de sus vidas, aumentando el uso del agua. Ahí con una mezcla de químicos, en donde remueven con chorros de miles de kilos de arena y cerámica para mantener las fisuras abiertas, se hallan metales pesados como mercurio o plomo, hidrocarburos y formaciones naturales radiactivas, como radón, radio o uranio. Esto conlleva a serios impactos ambientales, entre ellos, envenenamiento de las aguas subterráneas y superficiales, contaminación atmosférica, emisión de gases de efecto invernadero, terremotos inducidos, corrupción acústica en altos decibeles, daños colaterales en la ecología y fauna local e impactos paisajísticos. Perjudicando la sostenibilidad de los recursos hídricos, tanto en países de clima templado, y esta operación es capaz también, de aumentar la presión del consumo de suministros en las zonas más áridas.

Los productos utilizados en el fracking, traen casi 500 sustancias químicas, de las cuales 200 tienen elementos mutagénicos, cancerígenos y deletéreos. Así como benzenos, xilenos, cianuros El subsuelo se convierte en un potente riesgo para los mexicanos, y claro, para todo ser viviente. Ya trabajan en Veracruz, Chiapas, Tabasco, Oaxaca, Campeche, Tamaulipas, San Luis Potosí, Puebla, Nuevo León, por el momento. Usando el 27 por ciento del agua que es para el consumo de la población. En Estados Unidos ni siquiera han cuantificado las fugas de metano a la atmósfera, y la industria del fracking asegura que son inferiores al 2 por ciento. Pero un reciente estudio de la National Oceanic and Atmospheric Administration y de la Universidad de Colorado, en Boulder, determina que en la cuenca Denver-Julesburg las fugas son del 4 por ciento, sin incluir las pérdidas adicionales en el sistema de tuberías y distribución. El metano tiene una capacidad como gas invernadero 25 veces superior al dióxido de carbono, lo que hace que aumente la temperatura global.

En esta tarea no hay nada bueno ni positivo. Ya que los líquidos de fractura o slickwater fracs, traen consecuencias desastrosas, al no reutilizar siquiera los millones de litros de agua, en algunos casos, potable. Ese fluido inyectado retorna a la superficie y degrada las capas geológicas hasta el hábitat, el cual es objeto de un menoscabo irreparable y no renovable. Una labor loable la hace la asociación civil “Chihuahua contra el Fracking”, pues ha invitado al público que vea el documental “La guerra del fracking”, del autor Pino Solanas, en donde se relata la realidad que está viviendo Argentia, en la entidad chihuahuense. El New York Times, en el 2011, con acceso a documentos y correos electrónicos, informó que la rentabilidad de la extracción mediante este método es mucho menor de lo inicialmente propuesto. Las compañías del sector han sobrevalorado intencionadamente los datos de productividad de esos “pozos asesinos” de la Tierra.

Camimex o Pemex, y las secretarías de Gobernación, Energía, Economía y Sedesol, deben tener en cuenta que es importante la vida humana. No tan sólo hay que vender por vender a España o Francia nuestros recursos, por nombrar un par. Recalco, no todo lo que se compra es oro, ni todo lo que ilumina es luz. En este caso el conocimiento tiene que trascender, por el bien de nuestros descendientes.

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