lunes, 28 de noviembre de 2016

EPÍSTOLAS SURIANAS (Carta a Don Héctor) De Julio Ayala Carlos


CHEQUE USTED. LOS MISMOS que se negaron a legislar sobre la amapola, cuya siembra, producción, trasiego y venta, es, junto con la marihuana, la causa principal de la violencia existente en Guerrero, y como consecuencia de miles de muertos en todo el país, prácticamente son los mismos que, coincidente o no, pegaron el grito en el cielo cuando el Fiscal General del Estado, dijo que el operativo conjunto en la Tierra Caliente era, o es, darle “pa´bajo” a quien mantiene en el terror a los municipios de San Miguel Totolapan y Ajuchitlán.

En efecto, de manera extraña los dirigentes del PRD, PAN y Morena, casi van a la Tierra Caliente a ponerse de escudo para proteger a quien, según las propias autoridades, es el responsable de la violencia en San Miguel Totolapan y Ajuchitlán, el llamado Tequilero, a quien señalan del último secuestro masivo de personas ocurrido en la comunidad de San Jerónimo el Grande.

Lo menos que le dijeron a Xavier Olea Peláez, el lenguaraz Fiscal General del Estado, es que es un sanguinario, un troglodita, que su función no es dar ni andar dando “pa´abajo” a nadie, que porque lo que requiere el estado es justicia y no actuar como si se estuviera en la selva, de tal forma que, o renuncia al cargo, o que el Congreso que lo designó como tal lo haga.

Es cierto. Es un desatino del Fiscal General, como muchos otros que ha cometido en el encargo que tiene. Es indudable que las autoridades, y en este caso la Fiscalía, no pueden utilizar las facultades que tienen para andar matando. Sin duda que los criminales tienen derechos pero, ¿y los derechos de las víctimas? ¿Por qué no se han pronunciado los dirigentes de los partidos políticos que levantaron la voz en contra de la declaración desafortunada de Xavier Olea, repito, por qué no han dicho nada por los muertos y secuestrados?

Deveras. Causa cierta curiosidad, y hasta preocupación, que dirigentes del PRD, PAN y Morena se pronuncien por lo que le pueda pasar a un presunto dirigente de un grupo criminal, a quien como ya hemos dicho se le achacan muertes, levantones, secuestros y desapariciones en la Tierra Caliente, y no digan nada de las víctimas. Y como ya dije, son los mismos partidos cuyos diputados, junto con los del PRI, se opusieron  a intentar legislar sobre la siembra y consumo de la amapola, que, como ya hemos dicho, junto con la marihuana, son las causantes de la violencia existente en Guerrero y el país.

Hay que decirlo. No estamos diciendo, y mucho menos justificando la declaración de Xavier Olea Peláez de darle “pa´abajo” a los delincuentes, pues en la aplicación de la ley se le debe detener. Lo que nos causa preocupación es que parece que algunos dirigentes perredistas están más preocupados de lo que les pueda ocurrir a quienes están fuera de la ley, que a las víctimas de los grupos delincuenciales. ¿Será acaso que hay una relación directa en el hecho de negarse a legislar para legalizar la siembra y consumo de la amapola, y la defensa y cuidado de la integridad de quienes se dedican a la siembra, cosecha, trasiego y venta de estas drogas?

Ojalá y no sea así, pero las autoridades deberían iniciar una investigación para deslindar posibles relaciones entre unos y otros.
Y EN OTRO ASUNTO, PESE A la violencia que se cierne sobre el municipio de Chilapa, y que dicho sea de paso  también le ha tocado al gobierno que encabeza Jesús Parra García, lo cierto es que eso no lo detiene, pues es de los ayuntamientos del estado que más obra realiza que de una u otra manera beneficia a la población.

“Estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo”, dice el joven alcalde, quien señala que si bien hay hechos de violencia en Chilapa, eso no los detiene, como tampoco a la gran mayoría de la población que pese a todo trabaja de manera normal, pues “Chilapa es mucho más que violencia e inseguridad. En Chilapa somos más la gente de bien y de trabajo que aquellos que actúan fuera de la ley”, dice.

Sin duda que en Chilapa, como en los municipios de la Tierra Caliente, en Teloloapan y en Acapulco, hay miedo en la población, pero es indudable que mientras llega la calma y la tranquilidad como antaño, la gente tiene que hacer su vida, no con la misma confianza de antes, pero  sí tomando las medidas necesarias de seguridad, como ocurre precisamente en el municipio que gobierna Jesús Parra, quien de manera continua está inaugurando obras e iniciando otras, además de poner en marcha programas sociales con el fin de reestablecer el tejido social en la comunidad.

En fin. En Chilapa hay mucha obra pública, y eso a pesar de la violencia que allí existe. Y es que contrario a otros alcaldes, Jesús Parra está haciendo todo lo que le corresponde, pues como bien dice: “es nuestra oportunidad de hacer mucho por los habitantes de mi municipio”.

Comentarios: julio651220@hotmail.com

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