viernes, 31 de marzo de 2017

ENTRESEMANA Asunto de leyes MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN

MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN
Recuerdo aquella imagen cuando el entonces senador priista Jorge Díaz Serrano salía, custodiado y abatido, del Senado de la República.

Agentes federales se esforzaban por evitar que quien había sido presidenciable, poderoso e influyente director general de Pemex en la administración de José López Portillo, se les escabullera. La verdad es que el ingeniero no tenía la mínima intención de huir; poco antes lo había desaforado el pleno senatorial e iba rumbo al Reclusorio Preventivo Sur, arriba de la delegación Xochimilco.

Y la mirada llena de interés periodístico de los colegas que cubrían la fuente senatorial acompañaba al senador despojado del fuero, desconocido por sus pares, perseguido por la “renovación moral de la sociedad” que le fabricó delitos con la adquisición de buques petroleros, aunque se trató de un cobro de factura política.

No tardó mucho en reclusión, cuando la factura se pagó con creces, los delitos por los que un juez federal le dictó formal prisión y sometió a proceso, se diluyeron como suele ocurrir con estas acciones que tiene su cenit mediático y el nadir se procesa en el olvido y el desempleo, el desprestigio y esos etcéteras que acompañan a los funcionarios que sirven de chivos expiatorios.

El caso, empero, del ingeniero sonorense no caía en el espacio de los delincuentes de cuello blanco porque no fue tal. Aguantó los embates políticos y la desgracia prohijada por quienes fingieron ser sus seguidores y hasta amigos, e hizo lo necesario para transitar en prisión sin hacerse la vida imposible.

Jugaba tenis y sufragó la construcción de una cancha de arcilla en el Reclusorio; obsequió un motor diésel Rolls Royce para enseñar a internos, compañeros suyo en desgracia, las artes de la ingeniería mecánica con un motor de primer mundo. Incluso impartió clases de inglés y francés a los reclusos que, me consta, lo admiraban y respetaban.

Con alguna frecuencia, guisaba paella y convidaba a los amigos y las amigas, entre ellas a Margarita Michelena, y tres reporteros, no más: Rafael Medina Cruz, Roberto Meléndez Salas y quien esto escribe.

¿Se juzgó imparcialmente al ingeniero Díaz Serrano? Sin duda el motivo político sustanció los expedientes que, al final, guardaban una cauda de delitos fabricados y testimoniales faltas de sustento.

Y es que, mire usted, como ocurrió con Alfredo Ríos Camarena, el respetable ingeniero Eugenio Méndez Docurro y Everardo Espino de la O, la saña justiciera se aplicó marginada del dictado de las leyes, contra la que se ejecutó escandalosamente contra El Negro Arturo Durazo Moreno, quien, efectivamente, fue responsable de tantos delitos que aquello de las impresionantes construcciones como El Partenón del Ajusco y el de Zihuatanejo, quedaron como parte del folclore político mexicano.

Ayer preguntaba si se aplicará la ley a pillos como los Borge, Duarte y otros políticos delincuentes que deben pagar por sus latrocinios al margen de filias y fobias, o serán parte del manto distractor en tiempos electorales. ¿Sistema Nacional Anticorrupción? No se hagan bolas, la solución está en la simple aplicación de las leyes vigentes. Digo


VIERNES. Si bien es cierto que en todos los estados de la República, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes realiza obras derivadas del Plan Nacional de Infraestructura, Gerardo Ruiz Esparza enfocó su mensaje a los medios de comunicación en los 11 principales accesos a la Zona Metropolitana del Valle de México, por considerarlos una prioridad para mejorar la conectividad del centro del país con los corredores logísticos por los que circula el desarrollo económico nacional. 270 kilómetros y 52 nuevos carriles para los que se requerirán casi 40 mil millones de pesos en obras de construcción y ampliación. Los accesos concluidos son la autopista La Marquesa-Toluca, la Interconexión del Segundo Piso del Periférico de la CDMX a la caseta de Tlalpan, la ampliación a 10 carriles de la México-Puebla, y a 8 carriles de la México-Pachuca, y la nueva autopista Chalco-Puebla. Ruiz Esparza se comprometió a que antes de que esta administración termine, estarán en operación que los siete accesos restantes: la construcción del primer tramo de la Pirámides-Texcoco, la Peñón-Texcoco, la rehabilitación de la México-Querétaro, la autopista Atizapán-Atlacomulco, el Viaducto Avenida 602 y la construcción del Viaducto Chamapa-La Venta. Por cierto, anunció que mañana entra en operación el Paso Exprés de Cuernavaca. Ruiz Esparza informó que 60% de los recursos serán privados y 40%, públicos, y no dejó de mencionar la estrecha colaboración con el Gobierno local para mantener en buen estado los accesos federales a la Ciudad de México. Conste.

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